A los niños les encanta contribuir, muchas veces es toda una aventura y tiene muchas ventajas. Aprenden cosas nuevas, practican muchas habilidades motoras y además se sienten útiles. Los niños pequeños son muy colaboradores en las tareas del hogar y somos las personas adultas quienes a veces limitamos su participación en las tareas de la casa. La intención por terminar los oficios domésticos rápido, la falta de paciencia para que las cosas no queden cómo se quiere, hace que muchas veces frenemos al niño y prefiramos realizar las tareas nosotros. Más adelante, es su adolescencia o antes, estaremos pidiendo que asumas responsabilidades y olvidamos, que fuimos nosotros en primer lugar, quienes se las restringimos.
Permitir que los niños hagan tareas del hogar es algo muy bueno que debe hacerse acorde a su edad. Debemos tener la apertura de permitir que se equivoquen y lo vuelvan a intentar. La paciencia, la tolerancia y el tiempo deben ser nuestros aliados. Por ejemplo, un niño de 4 años puede arreglar su cama, entendiendo que las primeras veces es posible que no quede totalmente bien y que sea algo lento. Con el tiempo la cama quedará mejor y tardará menos, pero para eso hay que permitirle que practique, «la practica hace al maestro».
Una asignación o actividad tan rutinaria como recoger los juguetes luego de usarlos puede generar en los pequeños el hábito de contribuir y apoyar en las tareas del hogar, así como también un sentido de responsabilidad, que por la edad del pequeño es posible que no lo vea de la misma forma que una persona adulta, pero con el tiempo la conducta quedará muy arraigada en él.
Servirse leche o algún otro alimento (previamente preparado por un adulto de ser requerido) por si solo o elegir qué color de ropa usar, le enseñara a ser independiente.
Arreglar su cuarto, aprender modales en la mesa, administración de pequeñas cantidades de dinero como puede ser su mesada diaria, le puede ayudar a los pequeños a ser responsables y conducirse de forma segura y correcta en su entorno social, siendo esto sus primeros pasos para la inserción en su vida adulta.
Progresivamente conforme a su edad estas tareas pueden aumentar en complejidad o nivel de responsabilidad en función de las consecuencias negativas que puedan acarrear incumplirlas, por lo que no existe mejor lugar para el ensayo y error que uno bajo la mirada atenta de los padres o tutores, quienes son los responsables de potenciar esta conducta asegurando a un gran colaborador en el hogar.
Encontrar complicado determinar que tareas son las correctas para asignarle a los niños en casa es un tema recurrente en muchos padres y madres, así que no hay porque sentirse mal, en la misma medida existes muchas metodologías que le ayudaran a decidir de forma mas acertada; por lo que contar con orientación profesional puede resultarle de mucha utilidad.